Son pequeñas sustancias contenidas en las plantas, los animales, y la tierra. Tal es así, que si comparásemos la composición del cuerpo humano, con la de la corteza terrestre, veríamos que ambos contienen los mismos elementos, y prácticamente en la misma proporción; salvo que en la tierra se hallan en forma metálica y en nuestro cuerpo, de forma orgánica.
Los minerales son imprescindibles para nuestro organismo, si bien este los necesita en dosis ínfimas. Su carencia provoca serios trastornos.
Los minerales intervienen en la elaboración de los tejidos, los huesos, en la síntesis de las hormonas, en la sangre, en la actividad enzimática. Son necesarios para la combustión y oxidación de los alimentos, permiten conservar el equilibrio ácido-alcalino.
Nuestro organismo toma los minerales de los alimentos ya que no puede elaborarlos.
Las plantas absorben los minerales de la tierra y los reelaboran. Cuando comemos frutas, verduras, cereales y legumbres, asimilamos en forma directa los minerales contenidos en ellas.
Cuando se consumen carnes o derivados de animales, los minerales nos llegan por vía indirecta, ya que el animal es el primero en la cadena alimenticia, que al pastar absorbe los minerales de las plantas, y el hombre los toma al comer la carne de un intermediario (el animal). Lo mismo ocurre con los productos lácteos y los huevos.
En los últimos años se ha profundizado el estudio de los minerales, y se ha comprobado que muchas personas presentan carencias, antiguamente esto no ocurría. Esto se debe fundamentalmente, a que se ha extendido muchísimo el uso de alimentos envasados, enlatados o congelados. Esto implica una desnaturalización y una importante pérdida de nutrientes.
Por otro lado, el uso de fertilizantes para tratar de que la tierra rinda al máximo y las fumigaciones van alterando las condiciones naturales del terreno y llevan a que los alimentos no posean las vitaminas y minerales que naturalmete deberían contener.
Los minerales que el organismo necesita en mayor cantidad se denominan macroelementos (calcio, sodio, potasio, fósforo, magnesio, azufre y cloro).
Los que necesita en menor proporción son los microelementos ( hierro, yodo, fluor, cobalto, cobre, zinc y manganeso).
Y los que precisa en pequeñísimas cantidades se denominan oligoelementos (cromo, litio, molibdeno, niquel, selenio, silicio, vanadio, titanio, oro y plata)
"Nueva alimentación, nueva vida"
Silvana Ridner
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