Es sin lugar a dudas uno de los métodos más eficaces para producir una limpieza orgánica. Cuando hablamos de ayuno, nos estamos refiriendo a un período, durante el cual solamente se bebe agua, preferentemente mineral y en cantidad abundante.
Durante este período, el organismo, que es inteligente, comienza un proceso de limpieza de sí mismo dentro de las células.
Durante el ayuno, las toxinas se degradan en energías utilizables y el organismo se purifica. La ecuación es simple: menos ingesta de alimentos con su consecuente caga de toxinas y mayor eliminación de toxinas por el proceso depurativo denominado autólisis.
El resultado es una limpieza orgánica profunda y una regeneración más rápida de los tejidos (regeneración hística). Es durante este proceso, cuando el organismo tiene la posibilidad de librarse de desechos que están incrustados en los tejidos a niveles más profundos, asi es que cuando pasa esta gran cantidad de desechos al torrente sanguíneo genera mareos, náuseas y cierto grado de
abatimiento.
Muchas veces se decide interrumpir bruscamente el ayuno, al suponer que hay debilidad o baja presión. Para comprobar esto es suficiente ingerir agua con una cucharadita de sal o azúcar y en unos minutos se sabrá que procedencia tienen los síntomas.
Generalmente, todas las sensaciones indicadas, son consecuencia del comienzo de eiliminación de las toxinas. En unas horas, los síntomas desaparecen y el ayunante comienza a sentir mayor energía, vitalidad, y una sensación de frescura interna que se irá incrementando rápidamente.
Pero atención, no es aconsejable realizar ayunos largos. Sugerimos ayunos periódicos de 36 horas, una vez por semana, y siempre que el estado de salud sea bueno.
Sugerimos comenzar con una dieta solamente de frutas, el dia anterior al ayuno propiamente dicho. A la noche de ese día de frutas, no cenar y beber abundante agua. Resultado: durante esa noche, y mientras se duerme, el organismo ya comienza con el trabajo depurativo. Llegará la noche y durante las horas de sueño, el organismo culminará su tarea de verdadera limpieza orgánica.
A la mañana siguiente comenzará el proceso de retorno del ayuno.
En virtud de que durante el ayuno se genera una corriente de eliminación de desechos, la ingesta de alimentos debe ser gradual, a fin de no cortar bruscamente esa inercia de eliminación, que, en muchos casos, puede continuar durante un par de días. Para ello, lo más recomendable es comenzar a ingerir alimentos de digestión fácil, y de ser posible, ricos en fibras. Por ejemplo sopas de verduras, frutas cocidas, papas, calabazas, verduras cocidas, arroz bien cocido, etc.
"La dieta del yoga"
Edgardo Caramella
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