Pertenece a la familia de las espinacas, la acelga y la remolacha. Originaria de la zona andina, se cultiva a altura y se adapta bien a suelos montañosos y rocosos.
Es uno de los llamados “súper alimentos”. Posee proteínas de alto valor biológico y excelente calidad (incluso mejores que las provenientes de origen animal).
Aporta gran cantidad de aminoácidos esenciales (aquellos que nuestro organismo no puede elaborar por sí mismo y son de suma importancia para nuestro desarrollo).
Aporta fósforo, calcio, hierro, vit B, C, y E.
No contiene glúten. Es de fácil digestión.
Es antiinflamatoria y cicatrizante., energética y reconstituyente.
Colabora en la mejoría de estados catarrales y de infecciones urinarias (por el aporte de minerales).
Es excelente como base en dietas vegetarianas y veganas por sus aportes nutricionales y en niños en etapa de crecimiento.
Se utiliza como alimento fundamental en personas con estados carenciales o desnutrición por su alto poder regenerante, y reconstituyente.
Fue, junto al amaranto, el alimento elegido para la nutrición de los astronautas, por los beneficios que aporta a nivel nutricional y por ser muy sencilla de asimilar y digerir.
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