martes, 12 de octubre de 2010

Aprender a ser solidario

Como vivir es convivir, compartir la vida con los otros, lo que le sucede a tu prójimo también te sucede a ti, en alguna medida, te llega, te afecta. Y esto es progresivamente más cierto en un mundo aceleradamente globalizado.
Esto es una “solidaridad objetiva”, un compartir la misma suerte con tus hermanos.
Esto posibilita y desafía la “solidaridad subjetiva”, la virtud de la solidaridad, si quieres llamarla así.
Te lo explico de este modo.
Supongamos que viajas en un barco con mil pasajeros. Tú duermes en una habitación que está en la parte superior del barco. En el medio de la noches, oyes gritar: “el barco se hunde!”.
Tus compañeros de viaje de los pisos inferiores luchan para sacar el agua y reparar las averías de la nave.
Tu no ves las averías ni te mojan las aguas, pero estás en el mismo barco, y terminarás hundiéndote con todos. Esto es lo que yo llamo “solidaridad objetiva”, correr la misma suerte que todos.
Si a ti te dicen que el barco no se hundirá, y te hechas a dormir, no tienes la virtud de la solidaridad; si de todos modos corres escaleras abajo para colaborar, vives la “solidaridad subjetiva”.

Tossero Renè Juan, Aprender a vivir.

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